Si una cosa esta clara, es que anem per campanyes, tota una setmana desestabilitzant el poble amb tota l'artilleria fent servir la caverna mediàtica.
Es nota que el projecte Aru encara està viu a les clavegueres i no volen que aixequem el cap per al final fer-nos passar per l'Aru.
Opinión
Es otro intento de este sacrificado Ayuntamiento para frenar la imparable degradación de sus barrios
El término completo usado por el Ayuntamiento de Salt para definir su plan es el de "pasillos limpios y seguros". Pero no se refiere a ningún proyecto de limpieza para que la ciudad reluzca como una patena. Es el intento de este sacrificado Ayuntamiento para frenar la imparable degradación de algunos de sus barrios. El plan piloto se plantea en el barrio del Centre, donde se concentra la principal problemática de la ciudad. En ese barrio la inmigración llega al 80% y un 30% de los pisos han sido ocupados por personas que se hacinan en el interior, la mayoría sin papeles y sin trabajo. La periodista Elisabet Isasi-Isamendi hizo el martes un clarificador reportaje en el programa de Cuní en 8tv. Los problemas son los previsibles pero al cuadrado: degradación de toda la zona, con destrucción de material urbano y privado, defecación y orines en cualquier esquina, cables eléctricos pinchados, ruidos insoportables, prostitución en los pisos ocupados y en rincones de escaleras y, finalmente, la inseguridad propia de estos hacinamientos. Y añadido, el comercio de drogas y la inevitable pérdida de valor de los pisos que están en la zona. El problema es de tal dimensión que sin duda supera las posibilidades del Ayuntamiento, aunque no le sobran buenas intenciones. El plan de los "pasillos", por ejemplo, enviará a patrullar a la policía dentro de los edificios, los patios y las escaleras de vecinos que hayan dado su permiso, exportando un modelo que funciona en Nueva York, el Operation Clean Halls Request. En cualquier caso, esperemos que el proyecto ayude a paliar la degradada situación en la que se ven obligados a vivir muchos ciudadanos de Salt.
Pero soy pesimista. Y no porque no confíe en el buen hacer del consistorio, sino porque la cosa les supera. Lo que hay en Salt es un colapso total de las leyes que rigen la convivencia, y la responsabilidad no puede recaer en un municipio sino en las administraciones superiores. En la pregunta del cómo se ha llegado hasta aquí está la llave de esta responsabilidad. Primero, porque se ha permitió la llegada masiva de emigración irregular, cuya ilegalidad no ha sido perseguida; segundo, porque se ha permitido el hacinamiento en determinadas zonas; tercero, porque no se ha actuado contra la ocupación ilegal de pisos, y al 30% de ocupados en el centro de Salt me remito; cuarto, porque no se expulsa a los reincidentes, muchos de ellos con más de treinta delitos a sus espaldas; quinto, porque hemos perpetrado un buenismo suicida que sólo ha alimentado la confrontación y la degradación; y finalmente, porque no entendemos que los derechos democráticos pasan por unos deberes regulados, serios y rotundos, cuyo incumplimiento se carga la democracia. Salt es la metáfora de nuestra indolencia e incapacidad y nuestra falta de autoridad legal. Que tenga suerte el alcalde y... todos nosotros.
Pero soy pesimista. Y no porque no confíe en el buen hacer del consistorio, sino porque la cosa les supera. Lo que hay en Salt es un colapso total de las leyes que rigen la convivencia, y la responsabilidad no puede recaer en un municipio sino en las administraciones superiores. En la pregunta del cómo se ha llegado hasta aquí está la llave de esta responsabilidad. Primero, porque se ha permitió la llegada masiva de emigración irregular, cuya ilegalidad no ha sido perseguida; segundo, porque se ha permitido el hacinamiento en determinadas zonas; tercero, porque no se ha actuado contra la ocupación ilegal de pisos, y al 30% de ocupados en el centro de Salt me remito; cuarto, porque no se expulsa a los reincidentes, muchos de ellos con más de treinta delitos a sus espaldas; quinto, porque hemos perpetrado un buenismo suicida que sólo ha alimentado la confrontación y la degradación; y finalmente, porque no entendemos que los derechos democráticos pasan por unos deberes regulados, serios y rotundos, cuyo incumplimiento se carga la democracia. Salt es la metáfora de nuestra indolencia e incapacidad y nuestra falta de autoridad legal. Que tenga suerte el alcalde y... todos nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario